miércoles, 23 de noviembre de 2016

Quererse a uno mismo

Todos los seres humanos necesitamos amar y sentirnos amados para ser felices. 
Gracias al amor existimos, por amor nos movemos y con amor se ha creado el mundo en que vivimos. El amor es el gran tema de nuestra existencia. 

Sociedad, Religión, Educación.. siempre se nos ha hablado del amor al prójimo, pero ¿¿¿qué ha pasado con el amor propio???
He aquí una gran carencia con la que amigos, desgraciadamente, la mayoría crecemos. Lo que nos lleva a estados repetitivos de confusión, sufrimiento, miedo, vacío, lucha..., ¿acaso asociaríais estas emociones al amor? Si no hubiéramos visto tantas películas Disney, seguro que no. Por no hablar de lo que posiblemente hemos vivido en nuestras carnes, o lo que observamos a nuestro alrededor. La realidad supera a la ficción...

La base de todo AMOR es la que a muy pocos nos han enseñado: El amor empieza por uno mismo. Por lo que esta aparente "inofensiva" frase, desmonta muchos moldes en los que la sociedad, la religión y la familia nos ha metido sobre "como se debe amar". 

De dónde venimos...

...Soy española y tengo 31 años. Mi querida abuelita, que en paz descanse, vivió una dura vida de guerra y posguerra. Difícilmente pudo dedicarse tiempo a amarse, menos aún, escoger libremente lo mejor para ella. Como muchas personas de su generación dedicaron su vida entera a ser MADRES y dar todo a su familia. Aunque no lo tuvieran lo daban, aunque les dolieran los huesos, se pasaban el día comprando y cocinando para los demás. Me dio mucha penita ver como fue envejeciendo, llena de dolores por todo su cuerpo. En el caso de mi abuelo, un hombre que dedicó gran parte de su tiempo exclusivamente a trabajar, ya que tenía que traer dinero a casa. También murió muy castigado físicamente, pues poco se había cuidado...
Estos dos patrones fueron comunes en sus generaciones. No les fue posible vivir una vida plena, y es comprensible que así fuera porque literalmente fueron SUPERVIVIENTES, sobrevivieron a aquellos tiempos como buenamente pudieron; algunos más aventajados, otros menos.
Viéndolo con perspectiva y con mucha conciencia comprendo sus necesidades y sus formas de vida, pero también veo que eso no fue una vida digna y que estuvieron muy faltos de amor propio. 

Gracias a Dios, las generaciones posteriores, hemos tenido la gran suerte de  nacer en otra época. No obstante, el concepto de <quererse a uno mismo> no se nos ha podido transmitir a raíz de esa generación, aunque sí vengamos de ella cargados con sus miedos, creencias, actitudes, maneras de afrontar, etc. Todavía hoy estamos faltos de amor propio. 
Cada ser humano tiene la oportunidad -y responsabilidad- de cambiar estos aspectos, liberándose de ellos para mejorar su calidad de vida, y también la de futuras generaciones.

Si conseguimos abrir nuestra mente, que aunque no nos demos cuenta sigue anclada en pensamientos de nuestros antepasados; dedicamos tiempo a cuidarnos, mejorarnos y vivir más plenos y conscientes, nos damos cuenta que no se trata de querer mucho o poco, de hacer más cosas por los demás o menos..., se trata de querer BIEN. Y para querer bien primero uno tiene que saber darse lo mejor a sí, de esta manera podrá transmitir lo mismo al otro. 


"Contra mayor es tu autoestima, mejor tratas a los demás".

Es muy importante trabajar nuestra autoestima, ya que de ella depende la salud mental, la calidad de nuestras relaciones y nuestro bienestar. Estudios científicos ya evidencian la relación entre emoción y la salud física, el cuerpo también enferma por falta de amor propio. Así pues, amarse es una manera de sanarse. 

¿Qué significa para mí quererse a uno mismo?

Quererse a uno mismo es un trabajo continuo y permanente de alta dedicación. Es una decisión, un compromiso contigo. Amarse a uno mismo conlleva:

1. Conocerse a uno mismo: saber quien eres, conocer tus talentos, tu puntos débiles, tus metas, tus luces y también tus sombras. Tener claro de dónde vienes y hacia dónde quieres ir. 

2. Tomar las decisiones que te hagan feliz, independientemente que hagan felices a los demás, o no.

3. Alejarse lo antes posible de situaciones que generan estrés, conflicto y destruyen tu paz. Saber decir NO. Expresarte con claridad y amablemente cuando algo no te gusta o no lo quieres.

4. Ser tú mismo, mostrarte tal y como eres. No ser lo que los demás quieren que seas, pero sí ganarte su respeto. Preferir estar solo que con compañías que no te aportan, que no te suman y que no te hacen sentir bien. 

5. Entender que te mereces todo tu amor y el de los demás. Que eres digno de ser amado y respetado por cualquier persona. 

6. Saber valorar tu propia compañía, sentirte a gusto cuando estás solo. 

 
7. Elegir lo que quieres para ti. Tener tu propio criterio.

8. Aceptar las críticas sin necesidad de enfadarte. Darte amor es querer mejorar, si lo que te dicen puede tener algún provecho, ser humilde; si no es una crítica constructiva, no permitirla de ninguna manera, pero tampoco darle demasiada importancia. Respetar que cada cual tiene su visión de las cosas y pueden haber diferencias. 

9. No esperar la aprobación de los demás. Aprobarse cada uno. Dejar las críticas de lado. Tratarse con mucho cariño y respeto. 

10. Tu derecho a ser feliz. 

11. Rodearte de personas y tener relaciones en las que te valoren, te respeten y te demuestren que tu también eres importante para ellas. 

12. Rodearte de personas que te den total libertad de ser quien eres y tú también darles libertad de que ellas sean quien escojan ser. 

13. Ayudar a los demás sin que eso suponga ningún sacrificio ni esfuerzo. 

14. Dedicar tiempo a hacer cosas que te producen bienestar físico, mental y emocional. Alimentarte bien.

15. Que tu AMOR sea más grande que tus MIEDOS.

16. Tener en cuenta que lo que haces al otro... te lo haces a ti. 

17. Sentirte a gusto contigo mismo.


"Amarnos a nosotros mismos hace milagros en nuestras vidas" Louise Hay

Y para vosotros... ¿qué significa amaros a vosotros mismos? 

Un abrazo de corazón.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Cómo superar la adicción al azúcar blanco.

¡Bienvenidos a un nuevo Post!

El tema de hoy... el Azúcar Blanco.

Siempre he tenido una gran debilidad por el chocolate, la repostería, y en general a las comidas dulces. Durante bastante tiempo he sido de las que acababa de comer y me iba a por alguna galletita, (aunque fueran integrales, sin azúcar, bajas en grasas y no se cuantas cosas más) o un trozo de chocolate (aunque fuera negro, sin azúcar, light y no se cuantas cosas más ¬¬' ). 

Lo que quiero decir, es que estos "eslóganes" de las marcas no son mas que engaños, porque al final el azúcar blanco está presente en prácticamente todos los productos dulceso en su defecto, no llevan porque los sustituyen por edulcorantes. Yo la verdad es que no sé que es peor... pues no sé si sabéis que los edulcorantes están muy cuestionados y no dejan de ser químicos artificiales que nos metemos en el cuerpo. 

¿Sabías que no sólo los alimentos catalogados como dulces llevan azúcar? Para empezar, el alcohol es azúcar puro, y los refrescos tipo Nestea, Coca-cola, Fanta, Aquarius están cargaditos de azúcares. Por no hablar de los zumos convencionales envasados, que llevan más azúcar que fruta. 

Con la introducción en mi vida de una alimentación saludable, consciente y respetuosa para mi cuerpo y para el planeta; he ido descubriendo alternativas en la dieta que hacen que me sienta con más vitalidad, en harmonía conmigo misma, con mis valores y mi filosofía de vida. 

El tema del dulce sabía que era algo que tarde o temprano tendría que abordar, ¿por qué esa necesidad de algo dulce?, ¿por qué dulce y no salado?, ¿puede ser emocional?, ¿pretendo compensar algún estado emocional con el dulce? en fin... una serie de reflexiones que me han llevado a ser mucho más consciente de dónde proviene esa necesidad y adicción.

Por otro lado, he dado con información que me confirma lo que necesitaba escuchar: 1. El azúcar blanco es químicamente adictivo y nocivo para el organismo y 2. ¡No soy la única que le pasa! jejeje. A veces, pensamos que somos los únicos a los que les pasan ciertas cosas, pero no, en el fondo no somos tan diferentes los unos de los otros. Claro que quizá hay gente que no tenga especial adicción o debilidad por los dulces, pero bien seguro que la tienen a otras sustancias, ya sea al alcohol, al tabaco, drogas, o a otros alimentos como la  pasta, la leche/lácteos, el café, etc. ¡Seguro que no se salva nadie!

Este vídeo que os presento más abajo, me inspiró definitivamente a tomar la decisión de ir dejando el azúcar blanco por mi salud...



Vídeo extraído de www.venusanzchef.com

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “el consumo de azúcares debe representar menos del 10% de la ingesta calórica total diaria y si además la ingesta calórica total diaria se reduce a menos del 5% se obtendrán beneficios adicionales”.



Para acabar, estos son algunos apuntes de mi objetivo "cómo superar adicción del azúcar blanco sin morir en el intento." Ahí van:

1. Imposible dejarlo de golpe, el cuerpo me pide azúcar y, aunque sea en menores dosis, tengo que dárselo.

2. Ser consciente de la adicción me ayuda a controlarme más. Aunque cueste...

Algunos sustitutos al azúcar blanco
3. Conocer alternativas al azúcar blanco ( nutricionalmente hay que tener en cuenta que, aunque lo hagan en menos proporción, o sean más naturales, también los hay con índice glucémico alto y combiene moderar el consumo de algunos ellos, sobre todo de los que tienen sabor más dulce): miel, azúcar de caña, panela, pasas, cacao puro, canela, dátiles; azúcar, aceite y ralladura de coco; vainilla, leches vegetales sin azúcares añadidos, avellanas, almendras, siropes como el de arroz, de manzana, stevia, etc.

4. Es un proceso, así que intento ir poco a poco y contando todos los pequeños cambios que he alcanzado hasta ahora.

5. Siento que me falta algo... un poquito de ansiedad en cuanto a la comida. Tengo sensación que aunque coma no me sacio del todo. 

6. Si voy al súper intento pasar de la sección galletas y dulces, a no ser que tenga una necesidad muy grande. De este modo no dispongo de ello en casa y no caigo en la tentación.

7. Poco a poco mi cuerpo se está acostumbrando al sabor más natural de los alimentos y rechazo los que están cargados de dulce máximo. Me empalagan y me están dejando de agradar. 

8. Si salgo a comer o a cenar fuera y me apetece algo del menú aunque lleve dulce, intento ser realista y práctica, ¡un día es un día!

Espero que os sirva. En cuento consiga desengancharme... seguro que me animo a escribir la segunda parte de este Post ;-)

Por una vida más sana y plena :)

Hasta la próxima y gracias por leer el Blog!